El ritmo con el cual trabaja nuestro organismo en gran parte está mediado por nuestras hormonas por ello la importancia de mantener este eje en óptimas condiciones.
Tanto en el caso de la mujer (síndrome premenstrual, menstruación, climaterio, menopausia) como en el hombre (andropausia), los ciclos naturales se están haciendo más severos y rápidos. Para contrarrestar estos efectos se creó BIO.EN Wild con la combinación de Wild Yam y Ganoderma lucidum.
Durante varias décadas el tratamiento de estos síntomas se ha fundamentado en la terapia de reemplazo hormonal. A base de estrógenos conjugados de origen equino, químicamente diferentes y de mayor potencia que los estrógenos humanos, estos compuestos, se han relacionado con mayores riesgos de padecer neoplasias de mama, útero y ovarios; además de incrementar la relación estrógeno/progesterona.
El Wild Yam o Dioscorea villosa es utilizada para regular las funciones hormonales del organismo y proveer múltiples beneficios según la edad, sexo y etapa de vida. La forma en que el Wild Yam lo hace es dándole al cuerpo precursores hormonales tales como la diosgenina (un esterol también llamado progesterona natural) y saponinas (botogenina y la yamogenina).
Dichos compuestos los utiliza el cuerpo como percusores para producir hormonas esteroideas, entre ellas la progesterona (una de las más importantes en nuestro cuerpo).
La crema BIO.EN Wild se ve potenciada con la inclusión de Ganoderma Lucidum (hongo Reishi), que mejora la capacidad de adaptación del cuerpo humano de agentes nocivos externos; disminuye los síntomas del cansancio, el estrés y la fatiga crónica; y mejora algunos síntomas de trastornos neurosiquiátricos provocados por el desequilibrio hormonal.
También restaura el sistema circulatorio al contener Germanio Orgánico, pues ayuda a purificar la sangre y aumentar su capacidad de carga de oxígeno en todas las células lo cual determina la expectativa de vida de un ser humano.
Este alto efecto depurador del Germanio Orgánico, junto con su acción protectora antimutágena, también nos protege del monóxido de carbono, del envenenamiento por metales pesados (especialmente del mercurio, cadmio, arsénico, plomo y aluminio), y de los daños de la radiación.
Al mismo tiempo es un gran neutralizador de radicales libres, al mejorar la eficacia de transferencia de electrones, retrasa el envejecimiento celular.